sábado, 7 de febrero de 2015

El tren de la vida

En ocasiones, es mejor mantenerse al margen; callar, esperar y observar; ver como las cosas suceden de manera autónoma, el curso que siguen los acontecimientos.

El problema es, que si esperamos demasiado, en ocasiones podemos perder el tren, ese que tantas veces nos han dicho que pasa sólo una vez en la vida.

Y ese era mi miedo, por un lado perder la oportunidad de coger el tren, y por otro, bajarme de aquel en el que me encontraba y tenía minimamente un poco de estabilidad en su trayecto.

Pero el tiempo no espera a que te decidas, todo sucede cuando tiene que suceder, y yo tardé demasiado en decidirme, de forma que cuando bajé del tren, estuve a punto de caer al abismo, ya que el otro había pasado de largo, sin ralentizar si quiera la marcha, sin volver la vista atrás.

Ahí me di cuenta de que realmente las frases célebres siempre tienen razón, recordé aquella que decía "Nos pasamos la vida esperando que pase algo, y lo único que pasa es la vida" , y bueno, más que la vida, lo que propiamente pasan son los trenes de las oportunidades, que nos llevan en una dirección u otra, haciendo que propiamente formemos nuestra propia vida.

Por suerte conseguí agarrarme al tren con fuerza, volver a subir del todo, y una vez arriba, llegue a la sala de mandos, tome las riendas, y cambié el rumbo para decidir dónde quería ir...

Al fin y al cabo, ¿no debería elegir yo a dónde dirigir mi vida?






Essie

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